Calculadora de Huella de carbono

El desarrollo de la humanidad ha llevado los niveles de ciertos gases (el dióxido de carbono, el óxido nitroso y el metano, precisamente conocidos como gases de efecto invernadero (GEI)) en la atmósfera a niveles realmente excepcionales. A mayor concentración de GEI mayor retención de calor. Este exceso incrementa el efecto invernadero natural y provocan el calentamiento global que da lugar a un cambio global en el clima: el cambio climático.
¿Cuál es el origen de estos GEI?
La imagen que rápidamente se nos viene a la mente son fábricas humeantes y autopistas atestadas de automóviles, sin embargo de acuerdo al Quinto Informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de las Naciones Unidas la agricultura es responsable de un 14% de esas emisiones.
La Huella de Carbono es precisamente un indicador ambiental que pretende reflejar la totalidad de los GEI emitidos por efecto directo o indirecto de una actividad. Es por ello que sencillamente no podemos mirar hacia otro lado cuando la humanidad discute este problema.
La crisis generada por el exceso de emisiones de GEI ha traído un renovado foco en la agricultura, pero ya no como una manera de producir alimentos, sino como una alternativa para recuperar el exceso de CO2 de la atmósfera y devolverlo al suelo.
Desde una perspectiva tecnológica, la solución es notablemente simple: para fijar carbono, lo que tenemos que hacer es producir mucha materia orgánica y obviament llevarnos muy poca.
Los agricultores ya han dado sobradas pruebas de su capacidad de innovación. Si a ella le agregamos mecanismos de incentivos vinculados a la fijación de carbono en el suelo (lo que comienza de denominarse como “Carbon Farming”) no hay dudas que la transformación sucederá mucho más rápido que lo que imaginamos.